_cc781905-5cde-3194-136cf58d_LA   Obra Social poseía un predio en el km 28 de la Transamazônica, rumbo a Rurópolis, allí producía ganado y abastecía a la entonces CEMIC, que atendía a niños y adolescentes en vulnerabilidad social , con leche y carne y vendió el excedente para cubrir otros gastos. Hubo, por tanto, agravantes por la distancia y por cruzar el río Tapajós con el ferry. Sería genial que la Granja estuviera más cerca y de preferencia de este lado del río, evitando la molestia de cruzar.

          Com este sonho, em 1984, conocimos la Fazenda Maloquinha y se supo que estaba en venta. Ese mismo año, el 5 de noviembre de 1984, se lleva a cabo la compra de este lugar, que luego sería escenario de muchas historias. El pago se haría a plazos y habría que trabajar mucho para adquirir una suma considerablemente grande para saldar el pago, pero la grata sorpresa fue que en 1985 la Obra Social A Mão Cooperadora recibió como donación de la familiaBERTLICHde Alemania recursos financieros para completar el pago de esta propiedad rural ubicada en la Carretera Transamazónica, km 15 (dirección Itaituba-Jacareacanga), en la margen derecha del río Tapajós y además de la oferta de compra, la Hacienda, para varios años se mantuvo con donaciones de Alemania, de la Familia Bertlich, a través de Kinderhilfswerk.

          Em 1985, o pastor Edgar y su familia comenzaron a vivir en la finca para administrar las actividades, cabe mencionar que el pastor Edgar y Cilli Henke, no escatimaron esfuerzos e iniciaron varios frentes de trabajo con el objetivo de generar recursos y poder ayudar a más y más familias. de brindar capacitación agrícola a los jóvenes del área rural y considerando la posibilidad de generar ingresos para invertir en las diferentes actividades que se realizan en el proyecto social, se amplió con actividades de turismo, eventos y venta de productos producidos en el lugar.

          _cc781905-5cde-3194 -bb3b-136bad5cf58d_ Aún en 1985, la Obra Social atravesaba una crisis financiera y por ello, el Pr. Edgar fue trasladando paulatinamente a los niños mayores de las residencias de ancianos a la hacienda, y así los siguió llevándolos, en grupos, y a partir de ahí se creó un Hogar en la Granja, que pasó a llamarse Lar Nusbaumen, que contaba con 27 internos, responsables por João Paulo Meister y Elide Vaccari y Fernando Novac, monitor de campo. Los jóvenes ayudaron y aprendieron las diversas actividades existentes.